orden coleoptera
Orden coleoptera
Los coleópteros (Coleoptera) (del
griego κολεός koleos: «caja o estuche», πτερον pteron: «ala») son un orden de
insectos con unas 375 000 especies descritas; tiene tantas especies como las
plantas vasculares o los hongos y 66 veces más especies que los mamíferos.
Contiene más especies que cualquier otro orden en todo el reino animal, seguido
por los lepidópteros (mariposas y polillas), himenópteros (abejas, avispas y
hormigas) y dípteros (moscas, mosquitos).
El nombre vulgar de escarabajos
se usa como sinónimo de coleópteros, pero muchos tienen nombres comunes
propios, como gorgojos, carcomas, barrenillos, mariquitas, sanjuaneros,
aceiteros, cucarrones (en Colombia), ciervos voladores, luciérnagas,
congorochos (en Venezuela), caculos (en Puerto Rico), etc.
Los coleópteros presentan una
enorme diversidad morfológica y ocupan virtualmente cualquier hábitat,
incluidos los de agua dulce, aunque su presencia en ambientes marinos es
mínima. La mayoría de los coleópteros son fitófagos, y muchas especies pueden
constituir plagas de los cultivos, siendo las larvas las que causan la mayor
parte de los daños agrícolas y forestales.
Los coleópteros tienen las piezas
bucales de tipo masticador, y las alas delanteras (primer par de alas)
transformadas en rígidas armaduras, llamadas élitros, que protegen la parte
posterior del tórax, incluido el segundo par de alas, y el abdomen. Los élitros
no se usan para el vuelo, pero deben (en la mayoría de las especies) ser
levantadas para poder usar las alas traseras. Cuando se posan, las alas
traseras se guardan debajo de los élitros. La mayoría de los coleópteros pueden
volar, pero pocos alcanzan la destreza de otros grupos, como por ejemplo las
moscas, y muchas especies vuelan solo si es imprescindible. Algunos tienen los
élitros soldados y las alas posteriores atrofiadas, lo que les inhabilita para
volar.
Colección de coleópteros.
Desde arriba a la izquierda, en forma circular: Lamprima aurata hembra, Dynastinae (Megasoma sp.),
gorgojo Rhinotia hemistictus), Chondropyga dorsalis y Amblytelus sp.
Características
generales del adulto
Los coleópteros son insectos
holometábolos o endopterigotos, ya que sufren una metamorfosis completa con
estados de larva, pupa e imago (adulto) netamente diferenciados. La larva
normalmente sufre muchas mudas. Por el contrario, en los órdenes de insectos
hemimetábolos o exopterigotos (por ejemplo los Dermaptera) las larvas o ninfas
experimentan una metamorfosis incompleta o parcial por lo que se parecen a los
adultos, con esbozos alares y genitalia que crecen con cada muda. Las larvas de
los coleópteros no presentan nunca rastro de alas o genitalia, ojos compuestos,
ni más de un simple segmento tarsal, y raramente más de 4 artejos antenales.
Reproducción y
desarrollo
Los coleópteros se reproducen
casi siempre de manera sexual; la partenogénesis es excepcional. Las hembras
liberan feromona o emiten sonidos para atraer los machos. Después de un breve
cortejo, en general no muy sofisticado, se produce el apareamiento en que el
macho se sube sobre el dorso de la hembra. Después, la hembra busca un sustrato
adecuado para depositar los huevos y lo prepara para que las futuras larvas
encuentren las mejores condiciones para su desarrollo.
Las larvas de los coleópteros
utilizan virtualmente cualquier sustrato como alimento; son muy frecuentes las
larvas fitófagas que se desarrollan y se alimentan encima o dentro de productos
vegetales (hojas, raíces, madera, etc.); un caso notable es el de algunos
coleópteros coprófagos, en que el adulto hace una pelota de excrementos, excava
un nido subterráneo y deposita los huevos; los coleópteros necrófagos de la
familia Silphidae buscan cadáveres de pequeños animales, los entierran y hacen
la puesta. Hay larvas depredadoras muy activas, como las de los carábidos. Son
numerosos los casos de vigilancia y cuidado de las larvas.
Los coleópteros presentan una
metamorfosis completa (holometabolía), con estadios de larva, pupa e imago
(adulto). Las larvas pasan por diferentes estadios (entre uno y quince)
separados por mudas; en general, las larvas de cada estadio son parecidas, pero
en algunos coleópteros parásitos, como los Meloidae, aparecen estadios
larvarios con características muy diferentes, fenómeno conocido como
hipermetamorfosis. Todas las larvas de coleópteros tienen en común la presencia
de una cápsula cefálica bien diferenciada y provista de piezas bucales de tipo
masticador. En cambio, el aspecto general es muy diverso en los diferentes
grupos.
Las larvas del último estadio
buscan un lugar apropiado para pupar. Las pupas son muy poco móviles o
totalmente inmóviles; algunas especies construyen capullos de materiales
diversos o celdas en el mismo sustrato donde ha crecido la larva (por ejemplo,
dentro de madera). Después de la metamorfosis emerge el imago (adulto) que solo
tendrá que endurecer la cutícula y buscar pareja.
Ciclo de reproducción de un escarabajo.
Regímenes de
alimentación de los coleópteros
La enorme variedad de nichos
ecológicos que los coleópteros ocupan en la naturaleza, se refleja en una gran
variedad de regímenes alimenticios.
Antófagos: se alimentan de flores, como
Oxythyrea funesta (Cetoniinae).
Carpófagos, o frugívoros: se alimentan de
frutos, como Cetonia o Potosia (Cetoniinae).
Coprófagos: se alimentan de deyecciones, como
muchos Geotrupidae, Scarabaeinae o Aphodiinae.
Depredadores: cazan y se alimentan de otros
animales (insectos, lombrices, caracoles, babosas), como la mayoría de
Adephaga, Coccinellidae, Histeridae, Staphylinidae, etc.
Espermófagos: se alimentan de semillas, como los
Bruchidae.
Filófagos: se alimentan de hojas, como la
mayoría de Chrysomelidae. En esta categoría se incluyen temibles plagas para la
agricultura.
Micófagos, o fungívoros: se alimentan de hongos,
como los Mycetophagidae o Ciidae.
Necrófagos: se alimentan de cadáveres, como los
Silphidae.
Polinífagos, o polinívoros: se alimentan de polen,
como muchos Oedemeridae y bastantes Cerambycidae.
Rizófagos: se alimentan de raíces.
Saprófagos: se alimentan de materia vegetal en
descomposición, como muchos Staphylinidae.
Xilófagos: se alimentan de madera, como las
larvas de Anobiidae, Cerambycidae o Scolytidae.
Cabe destacar que no existe
ningún coleóptero que sea hematófago, es decir, que se alimente de sangre.
Comentarios
Publicar un comentario